miércoles, 11 de mayo de 2016

APROBACION LEGAL DE LA IGLESIA CRISTIANA SOCIEDAD DE JESUS


UNA, SANTA, UNIVERSAL, APOSTOLICA
Y AUTOCEFALA
IGLESIA CRISTIANA SOCIEDAD DE JESUS
PERSONERIA JURIDICA ESPECIAL 
RESOLUCION 0492 DE MAYO 5 DE 2016
MINISTERIO DEL INTERIOR REPUBLICA DE COLOMBIA
5






sábado, 22 de noviembre de 2008

FUNDACION A.C.A.B.I

Con sentimientos de gratitud al Señor que nos bendice, nos es grato informar que nuestra Autocefalía cuenta desde ahora con una Fundación para el ejercicio de nuestra misión. Se ha denominado con nuestro mismo nombre y con la sigla A.C.A.B.I. Tiene por Nit ante el gobierno colombiano el número 900252378-4.

Por medio de ella canalizaremos las actividades de pastoral social de nuestra Autocefalía.

El Ojeto social de la misma se eceptó en los siguientes términos:

ARTICULO 2. OBJETO SOCIAL: Como entidad sin ánimo de lucro, la fundación tendrá como finalidad: El desarrollo humano sostenible, fundamentado en obras de asistencia social y la práctica de la solidaridad humana y caridad cristiana. Para el logro del objeto Social y general, se realizarán actividades como:

a. Atención y promoción de la mujer, la familia, y prevalentemente a los niños en estado de vulnerabilidad, así como asistencia psicológica, moral y pedagógica a los adolescentes y a sus padres en cualquier condición socioeconómica, sin acepción política, religiosa, cultural o de raza.

b. Crear programas que permitan el acceso de niños y adolescentes a la necesidades de alimentación y de educación en los diferentes niveles de escolaridad.

c. Promoción de la dignidad humana mediante el apoyo y acompañamiento humanístico y profesional, por medio de diversas áreas del conocimiento y de la técnica, a través de asesorías psicológicas, consultas médicas, odontológicas, asesorías jurídicas, asesorías espirituales y humanísticas, lúdicas, y recreativas.

d. Asistencia formativa e integral a comunidades a través del acompañamiento humano, tendiendo a la formación política, ciudadana, democrática y ecológica y a la recreación de la cultura.

e. Promoción de actividades específicas para la comunidad estudiantil, para evitar la deserción escolar, orientación profesional, junto con la generación de recursos que permitan el acceso de los jóvenes de estratos bajos, acceder a la educación superior.

f. Creación de espacios para los disminuidos físicos, sensoriales, psíquicos, adelantando políticas de previsión, rehabilitación e interacción social conforme al artículo 47 de la Constitución política de Colombia.

g. Estimulación del ejercicio de las diferentes simbólicas religiosas, lúdicas, folclóricas tanto en personas concretas como en sus grupos referenciales en búsqueda del incremento de la identidad regional y nacional.


h. Promoverá los valores artísticos con el propósito de buscar la autoexpresión y la autogestión en ambientes comunitarios, familiares, educativos y de participación.

i. Elaborará, gestionará y desarrollará, proyectos para el rescate del habitante de la calle, con especial interés en las mujeres y los niños que presenten mayor vulnerabilidadad

sábado, 25 de octubre de 2008

NOS PRECEDE CRISTO EN EL MISTERIO DE SU CRUZ







El Cristo de San Damián


Contemplamos un icono de Cristo glorioso, fruto de una reposada meditación sobre la pasión que coincide con la teología del cuarto evangelio: la muerte del Cordero ilumina y da vida al mundo. Está pintado sobre tela hacia el año 1100 por un artista desconocido del valle de la Umbría italiana, y se inspira en el románico de la época y en la iconografía oriental.


Posteriormente se pegó sobre madera. Mide 2,10 metros de alto por 1,30 de ancho. El autor no podía sospechar la trascendencia que su obra iba a tener en la Iglesia. El Cuerpo de Jesús, sangrante y crucificado, muestra la humildad divina que redime al mundo, y contrasta intencionadamente con la blancura y la luz que de su pecho se desprende. Está crucificado, pero no da esa impresión. Más bien parece que está de pie sobre la cruz, queriéndose salir. La cruz, más que lugar de suplicio, se convierte en trono y sede desde donde reina victorioso sobre la muerte. La corona no es de espinas, sino redonda, con una cruz griega en su interior que nos indica que Cristo es "coronado de gloria y honor por su pasión y muerte".


El rostro está sereno, sosegado, sin signos de dolor. En la línea de la tradición de los iconos, tiene los ojos grandes, la boca pequeña y las orejas diminutas, casi invisibles. Y es que en la contemplación del Padre no hace falta hablar ni escuchar. Basta con mirar; mirar y amar, como Cristo contemplando al Padre.


Los ojos del Cristo están muy abiertos, mirando a través de nosotros a todos los hombres, envolviendo a quienes están cerca y alcanzando a quienes viven hoy, a quienes han vivido y a quienes vendrán... porque viene a salvarnos a todos.


La franja ancha horizontal que ocupa la zona transversal de la cruz es de color negro. simboliza la tiniebla y el reino de la muerte; es el sepulcro sobre el que se eleva, no un cadáver, sino la fuente de la vida, Cristo, que sale triunfante del sepulcro.


Sus manos abiertas y sus brazos extendidos quieren acoger a la humanidad y llevarla al Padre, hacia quien apuntan sus manos. Con ese gesto nos invita a mirar más allá de la muerte y del dolor para fijar la atención en la vida plena que Él disfruta.


La inscripción IHS NAZARE REX IUDEORUM nos lleva al capítulo 19 del evangelio de S. Juan. Los otros evangelios omiten la palabra "nazareno". Juan, en cambio, quiere acentuar que el Cristo que está ahora, lleno de luz, reinando junto al Padre, es el Nazareno que pasó por la pobreza y vivió de su trabajo.


Sobre la inscripción, un círculo; y en el círculo, Cristo en su ascensión. Un viento imaginario, reflejado en la túnica y la capa, escenifica el movimiento del Señor que se eleva, como si estuviera subiendo una escalera.


Lleva en la mano izquierda una cruz dorada, signo de su victoria sobre el pecado. Alarga su mano derecha en dirección al Padre. En la iconografía, el círculo es signo de perfección; no obstante, la cabeza del Cristo rompe el círculo, lo sobrepasa, lo mismo que su plenitud sobrepasa toda perfección humana.


Por eso su rostro está por encima del círculo. A izquierda y derecha, unos ángeles miran a Cristo entrando en la gloria. Son rostros felices. Cristo se alegra con ellos y, sin dejar de mirar hacia el Padre, sigue vuelto hacia todos. Aún en su Ascensión y gloria, Cristo continúa su obra salvadora. Un semicírculo; el círculo completo simbolizaría al Padre, pero de Él sólo conocemos lo que Cristo nos revela. Por eso sólo vemos la mitad; la otra mitad es incognoscible, es el misterio de Dios.


Los dos dedos pueden tener un doble significado.Pueden referirse a las dos naturalezas de Cristo, o bien, simbolizar al Espíritu Santo: "el dedo de la diestra del Padre". El papa Inocencio III, en la inauguración del IV Concilio de Letrán, se refiere al Espíritu como "dedo de Dios".


Francisco no podía contemplar a Cristo sin asociar al Padre y al Espíritu. Bajo cada mano y antebrazo de Cristo hay dos ángeles. La sangre de las llagas los purifica y se derrama por el brazo sobre los personajes situados más abajo. Así simboliza que todos participan de la pasión redentora de Cristo.


Dos personajes parecen llegar, en los extremos de los brazos de la cruz. Señalan con la mano el sepulcro vacío, simbolizado por la oscuridad de detrás de los brazos de Cristo: ¿No serán las mujeres que llegan al sepulcro para embalsamar el cuerpo y a quienes los dos ángeles muestran a Cristo glorioso? A los flancos de Cristo hay cinco personajes íntimamente unidos a Él. Estamos en el evangelio de Juan: "Junto a la cruz de Jesús estaba su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena" (Jn 19, 25). Acerquémonos a estos personaje s, cuyos nombres aparecen al pie de sus imágenes. A la derecha de Cristo están María y Juan. Juan, como en la Cena, al lado mismo de Jesús. Él fue quien vio atravesar su costado y cómo manaba sangre y agua (Jn 19, 35), y quien lo atestiguó veraz. María está serena, sin signos exagerados de dolor ni turbación, como quien espera al pie de la cruz que su esperanza no quedará defraudada. Su mano izquierda en el mentón indica dolor y reflexión; su derecha señala a Cristo, mostrando a Juan el sentido de las cosas. Ella aparece en su papel: llevarnos a Cristo y ayudarnos a comprenderlo.



A la parte izquierda de Cristo están María Magdalena, que con la mano izquierda en el mentón manifiesta su dolor, y la otra María, la madre de Santiago el Menor, que apunta con su mano a Jesús resucitado, invitando a María Magdalena a no encerrarse en su propio sufrimiento.


Junto a las dos mujeres, un hombre, el centurión romano que, al ver que Jesús había expirado de esa manera, dijo:"Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios" (Mc 14, 39). Es el modelo de todos los creyentes. Parece sostener en su mano izquierda el rollo en el que estaba escrita la condena. Con su mano derecha, y tres de sus dedos, anuncia su fe en Dios Trinidad. Por encima del hombro izquierdo del centurión romano asoma una pequeña cabeza, y detrás, como un eco de ésta primera, otras tantas. Bien podría ser el hijo de éste, al que Jesús curó, pero, ¿no estará ahí representada la humanidad, todos los creyentes, que venimos a contemplar a Cristo para entrar en su misterio y reavivar nuestra fe?.


A los pies de María, un personaje más pequeño. Leemos su nombre: Longino. Es el soldado romano que le clavó la lanza. Mira a Cristo y sostiene en la mano la lanza que le traspasó el costado.


Al otro lado, a los pies del centurión, otro personajillo, Apoya la mano en la cadera y parece mofarse de Cristo crucificado. Sus vestidos hacen pensar en el jefe de la sinagoga. Curiosamente, su rostro aparece de perfil, cosa extraña en un icono. Este hombre no ha alcanzado aún la luz de Cristo, y es menester que la otra parte de su rostro, la que no se ve, salga de la oscuridad y se deje iluminar por la Resurrección.


En el pie de la cruz, a la derecha, hay dos personajes: Pedro, con una llave, y Pablo. Debía haber otros, pero el tiempo los ha borrado. Quizá fueran santos del Antiguo testamento, o San Damián, patrono de la iglesita donde estaba el crucifijo, o incluso San Rufino, patrono de la catedral de Asís.


La sangre de las llagas se difunde sobre ellos y los purifica. Sobre Pedro, a media altura, frente a la pierna izquierda de Cristo, encontramos un gallo en actitud desafiante. Evoca la negación de Pedro... y las nuestras. También es símbolo de la mañana y de la Resurrección. El gallo anuncia con su canto los primeros rayos de sol y nos invita a todos a salir del sueño para adentrarnos en la luz de Jesús resucitado.
*** *** ***

Este es el Cristo que movió a Francisco a iniciar su obra. Él supo ver más allá de la imagen, adentrándose por medio de los colores y las figuras en el Misterio de Dios. Ahora nos toca a nosotros saber mirarlo, leer sus detalles, y rezar.

El de San Damián es el crucifijo más extendido del mundo. Sigamos el ejemplo de generaciones de hermanos y hermanas de la familia franciscana se han postrado ante este crucifijo implorando luz para cumplir su misión en la Iglesia e incorporémonos a la mirada de Francisco y Clara. ¡Si este Cristo nos hablara también hoy a nosotros! Orémosle. Escuchémosle. Dirijámonos a Él con las mismas palabras de Francisco:

Oh, alto y glorioso Dios,ilumina las tinieblas de mi corazón;dame fe recta, esperanza ciertay caridad perfecta;sentido y conocimiento, Señor,para que cumpla tu santo y veraz mandamiento.

jueves, 23 de octubre de 2008

Virgen de la Ternura de Vladimir - INFORMACION







Por Luis Silvestre CasasCapuchino

INTRODUCCIÓN
Para entender el sentido de los iconos es necesario comprender la complementariedad entre la Palabra de Dios y la imagen sagrada: lo que la palabra lleva al oído, la imagen lo lleva a los ojos, haciendo accesible el misterio de una forma humana.
Cristo es a la vez Palabra del Padre e Imagen del Padre. El Evangelio es palabra, pero refiere unos episodios que pueden ser representados, porque el cristiano tiene oídos para escuchar la palabra de Dios, pero también ojos para contemplar el misterio e interiorizarlo.
Ante nuestros ojos la imagen es como una ventana que se nos abre, para entrar en comunión con Cristo, con la Madre de Dios y con los santos. La imagen es recuerdo y lugar de encuentro de miradas y presencias que nos invita a la contemplación y también a la imitación, a realizar en nuestra vida lo que vemos, a revivirlo interiormente.
En la oración ante una imagen de Cristo o de la Virgen no sólo miramos, sino que nos sentimos mirados por Alguien que nos ama. La contemplación es en este caso una forma de contemplar lo Invisible, para que contemplando las cosas visiblemente, seamos llevados al amor de lo invisible.
EL ICONO DE NUESTRA SEÑORA DE VLADIMIR
Esta representación de la Madre de Dios es uno de los iconos más populares, difundidos y reproducidos en todo el mundo. Procede de Constantinopla, y está vinculado a la historia de Rusia. Ante el era coronado el Zar y consagrados los Patriarcas, y desde el siglo XIV se venera esta imagen de la Virgen como “Madre de Rusia”.
Dentro de la iconografía mariana existen muchos y distintos modos de representar a la Madre de Dios. El icono de Vladimir pertenece al tipo Eleousa, es decir, de la ternura, y al de la Hodigitria, la que muestra el camino. La Virgen lleva al Niño sobre el brazo izquierdo y lo señala con la mano derecha a la vez que lo estrecha en su seno, resaltando el aspecto materno de la Virgen y mostrando al Hijo, camino que ha de seguirse.
Los ojos de la Virgen son melancólicos y parecen que expresan la tristeza del mundo y el sufrimiento terreno de María; su mano derecha muestra el camino hacia el Padre a la vez que intercede ante Cristo; las tres estrellas del manto son signo de la santificación de la Trinidad, como Madre de Dios, y de su triple virginidad; los labios son finos y pálidos, que callan ante el Misterio de Dios; el manto representa el modo de vestir propio de las mujeres desposadas en tiempos de Jesús. El rostro del Niño es serio, pero no muestra severidad sino seguridad. De esta manera se encuentran la turbación y la confusión de lo creado, representado en la Virgen, y la seguridad y dulzura del Creador, representado en el Niño.
Este icono rebosa, pues, de amor del Señor hacia nosotros y tiene un profundo sentido cristológico, porque María es el camino que conduce a Cristo.

El icono "La Virgen de Vladímir" es una de las obras más emotivas y bellas de la pintura antigua.Data de principios del siglo XII. En ese tiempo, el icono fue trasladado de
Constantinopla (Bizancio) a Kiev.
En 1155 el príncipe Andréi Bogolubski se lo llevó como inapreciable joya a
Vladímir,capital del noreste de Rusia (a lo que se debe su nombre), donde se conservó durante mucho tiempo. Despúes de la victoria de los rusos sobre los tártaros(que se le adjudicó a la ayuda de la Virgen) y con el enaltecimiento de Moscovia, el icono fue colocado en la Catedral de la Asunción del Kremlin de Moscú.
Las capas mas antiguas de pintura se conservaron principalmente en los rostros de la Virgen y del Niño. Casi todo lo demás es pintura posterior de los siglos XIII al XVI.
El icono está pintado en tablas con pintura mineral y vegetal muy consistente, disuelta en yema de huevo(temple). Las figuras de María y del Niño Jesús se hallan unidas por la suave linea del contorno. El rostro de la madre,cariñoso y severo al mismo tiempo, está pincelado con finura y delicadeza sorprendentes,los cambios de color son casi imperceptibles. Resaltan sus ojos grandes,llenos de profunda pena e inmensa angustia por el destino de su hijo.
La imagen de "La Virgen de Vladímir" rebosante de humanismo y poesía, fue muy popular en la Rusia Antigua. Los maestros rusos crearon numerosas obras tomando como modelo este icono donde el Niño se aprieta a la mejilla de su madre en muda caricia(en la iconografia rusa este modo de presentar a la Virgen lleva el nombre de "La Ternura",
Eleusa).
La Virgen de Vladímir fue muy venerada en Rusia donde se le dio el sobrenombre de “Madre de Rusia” y ante ella, como protectora del país, era coronado el
zar y consagrados los patriarcas.
Desde 1930 se conserva en la
galería Tretiakov de Moscú.

Autor: anónimo
Fecha: Siglo XII
Características:
La Virgen de Vladimir es la primera aparición del tipo Eleusa, o de la Compasión que nos ha llegado y que tendría gran desarrollo. El gusto de la época exigía que la Madre de Dios fuese una madre humana. Su estilo presenta la misma seguridad sencilla y los mismos sentimientos humanos que en los frescos que Alejo Comneno, sobrino del emperador Manuel, hizo ejecutar en la iglesia de San Pantaleimon de Nerezi (Macedonia). La Virgen de Vladimir es considerado como el icono más grande de la Santa Madre de Dios, que el papa Juan XXIII proclamó patrona de la unidad de todas las iglesias.


Un icono para la Unidad de los Cristianos
Francisco Arlandis
15-01-2007

(CAMINEO.INFO)- A lo largo de los siglos han sido numerosos los milagros en favor de los fieles y de naciones enteras por mediación de las imágenes sagradas, que las han llevado a ser tratadas con el mayor de los respetos y venerabilidad, teniendo incluso relevancia política. Tal es el caso del icono de la Virgen de Vladimir.
El icono de la Santa Madre de Dios de Vladimir, es una de esas joyas pictóricas que Dios ha tenido a bien inspirar a un iconógrafo anónimo el siglo XII -quien se cree pudo ser de origen griego- y que nos ha llegado como obra maestra de la iconografía Bizantina de todo los tiempos.Es un icono del tipo "Eleusa" (de la Ternura ó de la Misericordia) cuyas dimensiones son de 80 x 55 cm. y que está pintado en su reverso con los elementos de la Pasión de Cristo.El gusto de la época influyó en el tema, pues exigía que la Madre de Dios fuese una madre "humana", acogiendo a su Hijo entre sus brazos y acercándolo hacia sus mejillas, gesto lleno de ternura.El icono de La Virgen de Vladimir es considerado como uno de los iconos más grandes de la Madre de Dios y ha sido muy venerado desde siempre en Rusia, hasta el punto de darle el sobrenombre de "Madre de Rusia" y ante esta imagen, como protectora del país, eran consagrados los Patriarcas y los Zares.Fue llevado de la ciudad de Vladimir al Kremlin de Moscú en 1480 y fue colocado en la Puerta Real del Iconostasio de la Catedral de La Dormición de Moscú donde permaneció hasta 1919 hasta que fue retirado por los bolcheviques en la revolución rusa. Desde 1930 puede ser visitada en la Galería Tretiakov de Moscú.Por su gran relevancia y veneración en la Iglesia Ortodoxa, el icono de La Santa Madre de Dios de Vladimir fue proclamada por el Papa Juan XIII como Patrona de la Unidad de todas las Iglesias.Esta próxima semana, en la que la Iglesia celebra el Octavario por la Unidad de los Cristianos, del 18 al 22 de Enero, los cristianos del mundo entero estamos convocados a pedir a Dios, por intercesión de la Bienaventurada Virgen María bajo la advocación de la Virgen de Vladimir la tan deseada Unidad de las Iglesias

viernes, 26 de septiembre de 2008

MONS. AUGUSTO TRUJILLO ARANGO ARZOBISPO EMERITO DE TUNJA.



El ejemplo de vida de Monseñor Augusto será prenda permanente de gratitud al Señor que le regaló a Colombia un Pastor bueno y sencillo,que acogió a todos con amor de padre y hermano. Su sentido del deber y el amor por la Paz, nos recodarán siempre las Palabras de Jesús que llamó " hijos de Dios" a los que buscan la Paz.
La vida sencilla de Monseñor Augusto nos dejó para siempre el deseo de ser semillas de la evangelización para el mundo. Esto se logra acogiendo a todos, sirviendo sin medida y sin acepción de personas, escuchando la Palabra de Dios y abriendo las puertas del corazón al que piensa distinto que nosotros.
Su amor por las cosas de Dios, su universalismo nos hablan del Pastor inteligente y solícito que supo escuchar a los de cerca y a los de lejos de la Iglesia. En ello dio testimonio de unidad, de solidaridad y de respeto.
Nuestra Autocefalía ve en este pastor el modelo de los que quieren seguir al Señor con el corazón dispuesto a todo lo bueno, esto es, a mirar el acontecer de Dios en la vida humana, es decir, a evangelizar.
Sus sermón de las Siete Palabras, los viernes santos, al pie de la cruz, fueron cátedra inolvidable de espiritualidad cristiana, de teología sencilla y profunda para iluminar el acontecer de los colombianos. De allí recogemos semillas santas y engastadas en sus horas de oración para iluminar los deseos y propósitos cristianos de nuestra Autocefalía.

El misterio pascual del Señor nos comunica la eternidad, en ella creyó y esperó Monseñor Augusto. Oramos porque su vida encuentre el premio por sus esfuerzos, por hacer de este mundo, un mundo pacífico y justo.