viernes, 26 de septiembre de 2008

MONS. AUGUSTO TRUJILLO ARANGO ARZOBISPO EMERITO DE TUNJA.



El ejemplo de vida de Monseñor Augusto será prenda permanente de gratitud al Señor que le regaló a Colombia un Pastor bueno y sencillo,que acogió a todos con amor de padre y hermano. Su sentido del deber y el amor por la Paz, nos recodarán siempre las Palabras de Jesús que llamó " hijos de Dios" a los que buscan la Paz.
La vida sencilla de Monseñor Augusto nos dejó para siempre el deseo de ser semillas de la evangelización para el mundo. Esto se logra acogiendo a todos, sirviendo sin medida y sin acepción de personas, escuchando la Palabra de Dios y abriendo las puertas del corazón al que piensa distinto que nosotros.
Su amor por las cosas de Dios, su universalismo nos hablan del Pastor inteligente y solícito que supo escuchar a los de cerca y a los de lejos de la Iglesia. En ello dio testimonio de unidad, de solidaridad y de respeto.
Nuestra Autocefalía ve en este pastor el modelo de los que quieren seguir al Señor con el corazón dispuesto a todo lo bueno, esto es, a mirar el acontecer de Dios en la vida humana, es decir, a evangelizar.
Sus sermón de las Siete Palabras, los viernes santos, al pie de la cruz, fueron cátedra inolvidable de espiritualidad cristiana, de teología sencilla y profunda para iluminar el acontecer de los colombianos. De allí recogemos semillas santas y engastadas en sus horas de oración para iluminar los deseos y propósitos cristianos de nuestra Autocefalía.

El misterio pascual del Señor nos comunica la eternidad, en ella creyó y esperó Monseñor Augusto. Oramos porque su vida encuentre el premio por sus esfuerzos, por hacer de este mundo, un mundo pacífico y justo.

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